Los nuevos comienzos son modestos pero prometedores; un local de 35 m2  con escritorio, sin depósito, con olor a café. Un lugar donde los libros (tanto los clásicos como las últimas novedades) están al alcance del público, distribuidos en mesas y estanterías.

Frente al local, Pompona. Dueña de un comercio de puertas cerradas; de una casa de puertas abiertas. Dueña de un espacio diáfano, donde el libro es un objeto cercano.

2 de mayo de 2011. Nos mudamos. Cruzamos la calle. Nos llevamos libros y una forma de ofrecerlos, de acercarlos a quienes los están buscando. Libros, juegos didácticos, audiovisuales, cómics. Intentaremos llenar el hueco que queda ahora que la señora de los libros pase con obligación de visita y sin obligación de horario.

Han pasado 24 años desde que Pompona comenzó. Nosotros seguiremos sin perder su esencia: facilitar la relación perfecta entre cliente y libro.            

 

 

 

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